Si hay un símbolo que caracteriza y por el que se identifica La Parra, es el Santísimo Cristo de las Misericordias.
Aunque todos los días del año el Cristo esta presente en el corazón de todos los parreños, es en la primera quincena de septiembre donde se manifiesta de forma más intensa; especialmente durante los días 13, 14 y 15.
Todos los parreños, se encuentren donde se encuentren, hacen lo imposible para pasar esos días en torno a esa imagen tan venerada, que nos une a los miles de fieles devotos que cada año llenamos esta población.
Esta celebración ha sabido conservar el sabor de lo tradicional y adaptarse a los nuevos tiempos en aquellas facetas que la evolución va marcando.
Septiembre, mes de esperanza, porque todos deseamos que corra el tiempo y se detenga en esos días mágicos que el Cristo de las Misericordias nos regala cada año.
Septiembre, mes de alegría, porque la mirada de todos se centra en esa imagen tan querida que nos la devuelve llena de gozo esperanza y vida.
Septiembre mes de paz, porque no hay mayor consuelo y descanso del ajetreo y agobio de la dureza de la vida, que mirar, una y mil veces esa bella estampa que todos tenemos grabada en nuestro interior, y que nos espera paciente y con los brazos abiertos, para decirnos un año más ”ten fe, sé valiente, Yo soy el camino, la verdad y la vida que este mundo no te puede dar«.
Septiembre, mes de encuentros, abrazos, recuerdos y sonrisas en cualquier rincón de La Parra.
Todos estamos felices porque alguien, nuestro Cristo de las Misericordias, nos vuelve a reunir y a decirnos “vivid con alegría porque me amáis y os amo”.
Fuente: Joaquín Lagar Corrales. Gastronomia y fiestas de La Parra.